El Vía Crucis que vivió la familia de cursillo de Antofagasta fue bastante significativo: primero, porque lo hicimos en el lugar donde esperamos tener nuestra sede, pudiendo compartir con la comunidad del sector y terminamos dejando la cruz que cargamos en un lugar destacado visible de todos lados.
La comunidad se comprometió a cuidarla y cada noche encienden velas alrededor, quedando muy contentos con la familia cursillista.
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